viernes, 22 de junio de 2018

Reinterpretando el ¿aniversario? de Maipú


Notas sobre el aniversario de Maipú. 

Una necesaria revisión en el Bicentenario de la Independencia.

 Aportes y discusiones.




 Gustavo J. Annessi



La mayoría de los pueblos no tienen un acta de fundación, sino que sus orígenes obedecen a complejos procesos de conformación, algunos lentos, otros más acelerados, pero que en todos los casos resulta imposible establecer una fecha determinada de fundación, y en todo caso la elección será una decisión arbitraria, que deberá ser analizada en el contexto sociopolítico del momento en que se establece.


La determinación de la fecha de celebración o aniversarios de fundación de un pueblo es, en la mayoría de los casos, arbitraria.

Los orígenes de los pueblos pueden ser varios: la llegada de los nuevos pobladores a un sitio, la inauguración de un fuerte en aquellos casos de pueblos de avanzada en la frontera, la aprobación del trazado del ejido urbano en otras, el paso del ferrocarril en las más modernas, por citar solo algunos casos. Salvo escasos ejemplos, antes de las fechas consideradas como fundacionales, estos lugares habían transitado distintos procesos de ocupación del espacio y de territorialización por pioneros que se adelantaron con diferentes intencionalidades: relevamientos para conocer las potencialidades del lugar para posteriores ocupaciones o para posibles batallas, o sencillamente  para planificar nuevos pueblos.

En la conformación de una identidad, la historia es tan importante como la cultura y el territorio. Crear la identidad de un pueblo es crear la historia.

Las invenciones de las historias locales han consistido en conferir un significado especial a ciertas fechas. Algunas naciones y también jurisdicciones de menor jerarquía como los partidos, festejan los aniversarios de su fundación en un pasado, que en algunos casos es borroso y distante, como forzado, y en otros en cambio la fecha es muy reciente dejando de lado u olvidando, o incluso no reconociendo una parte importante de su pasado.

“La esencia de las celebraciones de tales aniversarios es que atraen el interés de toda la comunidad. Todos los habitantes comparten el mismo pasado en una exhibición de identidad”.

La selección de los hechos a destacar, conmemorar o celebrar no es azarosa. Intentan resaltar algunos hechos, o personajes,  y de esa manera instaurar una “edad de oro”, que será recordada cada año y realzada por toda la comunidad. “Cualquier selección de hechos históricos tiende a dar prioridad a algún tipo de acciones en lugar de a otras” (Taylor 1994:187).

En Maipú, son va­rias las fe­chas que mar­ca­ron hi­tos en la his­to­ria local, tanto del partido como de la localidad; sin embargo, por mu­chos años no es­tuvo de­fi­ni­da su fe­cha de conmemoración de aniversario.

Sobre el establecimiento de la fecha conmemorativa y festiva adoptada en Maipú, se puede afirmar que prácticamente no ha sido discutida, tanto en el momento de su establecimiento, como en los años posteriores, que ya superaron el medio siglo.

El primigenio poblado de Maipú comenzó a surgir a mediados del siglo XIX; desde 1850 hay antecedentes de que ya estaban asentados los primeros pobladores. Sin embargo, Maipú, con una de las historias más intensas y ricas de los partidos de la región, ha decidido seleccionar unos antecedentes administrativos de la década de 1870, para celebrar su aniversario en lugar de algunos de los destacados hechos que se fueron sucediendo en este territorio prácticamente desde la misma época de la declaración de la independencia en 1816.

¿Que se conmemora el 26 de septiembre en Maipú todos los años?. Repercusiones en la enseñanza de la historia local.



Distintas formas de hacer referencia al 26 de septiembre

“Aniversario de Maipú”
“Aniversario del Partido de Maipú”
“Aniversario de la creación del partido de Maipú”
“Aniversario de la fundación del Partido de Maipú”
“Aniversario del Pueblo de Maipú”
“Aniversario de ciudad de Maipú”
“Aniversario de la fundación del pueblo de  Maipú”.
Con mucha frecuencia, hasta incluso se podría afirmar que con naturalidad, se hace referencia al 26 de septiembre de diversas maneras. Este tipo de referencias también se encuentran cuando se pretende ubicar un determinado hecho o acontecimiento histórico en el tiempo, al afirmarse “hace x cantidad de años de la fundación de Maipú”.


Entonces, ¿que se conmemora en Maipú cada 26 de septiembre?.

Cada 26 de septiembre se conmemora un nuevo aniversario de la declaración de la localidad de Maipú como cabecera del partido homónimo. Por este motivo cada año en la fecha mencionada se celebra “un año más de Maipú”, generando algunas confusiones al ser considerada esta fecha como la de fundación del pueblo o del partido (o incluso de ambos) de Maipú, con todas las consecuencias que esto genera en la enseñanza de la historia local en particular y de las ciencias sociales en general, fundamentalmente en el nivel primario, pero también extensivo al secundario y superior. 

Como se aprecia, aparecen indistintamente “partido” y “ciudad” e incluso “pueblo” como si fuesen sinónimos, como así también se emplean los términos “creación” y “fundación”. 

De acuerdo a la Real Academia española “crear” significa “producir algo de la nada; establecer, fundar, introducir por primera vez; hacerlo nacer o dale ida, en sentido figurado”.  

Por su parte, “fundación” significa “principio, erección, establecimiento y origen de algo”.
¿Que celebramos cada 26 de septiembre? Hubo realmente una “fundación”, o una “creación” aquel 26 de septiembre de 1878? Es el aniversario de la ciudad-pueblo o del partido de Maipú?.  ¿O de ambos? ¿O de ninguno?.

A partir de esta investigación me propongo en principio responder estos interrogantes, y abrir la puerta a un camino que permita conocer y profundizar sobre esta fecha, que es lo que realmente se conmemora, como así también conocer desde cuando está instaurada esta fecha, como así también el contexto socio político en el cual quedó establecida. 


¿Qué significa el 26 de septiembre para Maipú? Que sucedió un 26 de septiembre?

La fecha 26 de septiembre hace referencia a un decreto de la Provincia de Buenos Aires del año 1878 en el cual la localidad de Maipú fue declarada como cabeza de Partido al considerar que “es de conveniencia, no solo para el Partido de Monsalvo, sino también para el Gobierno, como medida de buena administración, el fijar definitivamente el lugar de residencia de las autoridades de ese Partido”.
Hasta esta fecha las autoridades tenían su sede en la Estancia Mari Huincul, desde 1865, año en que se produce la subdivisión de los partidos al sur del río Salado.
Además ese mismo decreto del 26/9/1878 modifica el nombre del partido, el cual hasta ese momento era denominado Monsalvo, y las razones esgrimidas fueron las siguientes: “Que en cuanto al cambio de nombre del Partido de Monsalvo por el de Maipú, que también se solicita, es conveniente, no solo porque es de orden en la provincia que los Partidos de campo tomen la denominación de la población principal donde tienen asiento sus autoridades, sino porque este nombre recuerda glorias del pueblo argentino”.
Como se puede observar, este decreto establece dos modificaciones bastantes menores considerando otros hechos destacados y que se han sucedido, al menos en el medio siglo que le precede.

En muchas ocasiones la instauración de una fecha de celebración tiene más que ver no con el hecho mismo, sino más bien con la necesidad de realzar la acción de una personalidad de la época, a la cual se pretende destacar por razones de índole predominantemente políticas y de esta manera erigirlo como el fundador del pueblo.

En este decreto analizado queda absolutamente claro que el pueblo que se estaba estableciendo ya estaba en desarrollo desde hacía varios años, en terrenos que tenía un propietario, y que este observando el crecimiento que estaba tomando el pueblo decide donarlos para tal fin, propuesta aceptada por la Provincia de Buenos Aires, quien establece “Que si bien habría conveniencia en establecer el pueblo en terrenos de propiedad del Estado, no es esto posible actualmente por cuanto el estado del tesoro no permite adquirirlos con ese objeto”.

La presencia de un caserío previo, en transición a conformarse en un pueblo queda claro cuando en el decreto se afirma que “como, por otra parte, el propietario del terreno en “que ha sido establecido el pueblo” hace donación, no solo de los terrenos necesarios para edificios públicos, sino también de estos que puedan constituir un recurso para la Municipalidad y un medio en sus manos para aumentar su población”.

Este decreto también deja claro que muchas instituciones ya estaban funcionando con normalidad: “Que el pueblo, no solo se encuentra ya fundado, sino que cuenta con edificios públicos, como iglesia y casa de escuela”.



Maipú antes de 1878. Breves antecedentes.

A continuación se presentan algunos breves antecedentes para dar cuenta que previo a esta fecha había una dinámica en esta zona muy importante y que no ha tenido el merecido reconocimiento a escala local, minimizando los procesos iniciales de la formación socioterritorial de Maipú.
En una primera instancia se hace un breve recorrido sobre algunos de los más importantes antecedentes de la región de los pagos de Monsalvo desde prácticamente los inicios del siglo XIX, y dando cuenta sobre la rica historia del actualmente denominado Partido de Maipú; en un segundo momento se revisan algunas fuentes, se reinterpretan otras, y se incorporan nuevas que permiten tener una mayor aproximación sobre los orígenes de la conformación del pueblo de Maipú, donde en sus primeros momentos no fueron otra cosa que un caserío disperso que con el correr de los años se fue densificando, hasta conformar un pequeño poblado.

Sobre los orígenes del partido de Maipú

Si bien el eje de este artículo está centrado en la discusión sobre los orígenes de la localidad de Maipú, consideramos que puede resultar importante realizar una breve mención a algunos hechos destacados en la primera mitad del siglo XVIII, años en donde se producen los primeros procesos de ocupación de Monsalvo.
Monsalvo, la tierra al sur del Salado, comienza a desarrollarse al final del siglo XVIII, cuando los  habitantes de esta región intercambiaban cueros y plumas de  los animales que poblaban las numerosas lagunas y el carbón que se producía con la leña de los talas en la zona conocida como los “Montes Grandes de Monsalvo”. Los habitantes que poblaban estos pagos se dedicaban a las actividades mencionadas, muchos de ellos refugiados de la justicia de Bs. As. y otros intercambiando mercaderías con los indígenas que poblaban la zona, favorecidos por la abundancia de ganado cimarrón, que se alimentaba libremente, aprovechando  las numerosas aguadas.
Los indígenas habitantes de esta zona efectuaban comercio con los que poblaban las sierras de Tandil, generando rutas, denominadas rastrilladas, entre la sierra y la depresión del Salado.
Numerosos expedicionarios desde Juan de Garay, visitaron esta zona  buscando sostenes logísticos para comerciar e incorporar nuevos territorios. Se destacan en la búsqueda el hallazgo de agua dulce y leña: así es surgen nuevos nombres en los mapas del siglo XVIII, como el Tuyú, Sierra de los Padres, Mar Chiquita, característica toponimia que hoy adornan los mapas actuales.
Hacia 1815, se ubica al borde de la Laguna Kaquel Huincul, el fortín San Martín, custodiado por el Cuerpo de Blandengues, al mando del Capitán Ramón Lara, a los efectos de proteger la propiedad de algunos arriesgados estancieros, que aprovechaban la numerosa ganadería chúcara que poblaba estas regiones abundantes en pastos y aguadas.
El  21 de agosto de 1817, se ofició la primera misa al sur del río Salado y se firmó el “Acta de Monsalvo”. Este sitio histórico se encuentra el Cuartel VII del partido de Maipú, a 5 kilómetros al sudeste de la estación ferroviaria Segurola y a 90 kilómetros de Dolores.
Este hecho nos demuestra la importancia de este espacio geográfico, el corazón del partido de Monsalvo, y el centro demográficamente más poblado entre los siglos XVIII y XIX.
Los curas párrocos  estaban acostumbrados a efectuar su tarea religiosa en ámbitos rurales alejados de los aspectos doctrinarios, como de los sacramentos cristianos. En estas visitas rurales los curas párrocos, en este caso de Dolores, casaban y bautizaban a los hombres y mujeres alejados de la doctrina cristiana católica.
El trato de los aborígenes con Ramos Mexía se fue afirmando y provocó desconfianza en el gobierno y en los estancieros como Rosas, estableciendo la necesidad de un acuerdo entre aborígenes de la frontera sur con el gobierno de la provincia de Buenos Aires.
Así, el 7 de marzo de 1820, se firma la “Paz de Miraflores”, entre el gobierno de Martín Rodríguez, los caciques Ancafilú, Tucumán y Trirnin, además de caciques con tolderías en la zona de Chapaleufú y Sierras del Tandil, representadas por Francisco Ramos Mexía.
El incumplimiento de la “Paz de Miraflores” por parte del gobernador Martín Rodriguez, generó entre los pampas traicionados y el capataz José Luis Molina, una alianza, en la que participan sus fieles peones el “Guaireño” y Rojas, deseosos de vengar a su patrón don Francisco Ramos Mexia, atacan Dolores y muchas estancias hasta que derrotados en Laguna el Arazá, deben huir para salvar su vida.
En 1822, los Jueces de 1° instancia ya dejan claro que el proceso de poblamiento había comenzado hacía algunos años atrás, y que para ese entonces ya estaban asentados varios pobladores:

“Todo el territorio a la otra parte del Salado en esta campaña del Sud hasta la Guardia de Caquelhuincul, no ha tenido hasta el día otra autoridad civil ni Juez territorial que el Comandante de aquella Guardia subordinada a ese Juzgado, pero no a ningún Juez de Paz, sin pertenecer por consiguiente a ninguno de los partidos en que está dividido el Departamento, ni forman tampoco un partido separado. Dicho territorio es extenso, “de bastante población”[1], especialmente si se comprenden las Islas del Tordillo, donde con motivo del negocio de carbón que se hace, hay no poco número de gente (AGN, Jueces de 1ª Instancia, 1822).”
Así se expresaba en nota cursada al Gobernador propietario y capitán general de la provincia, Martín Rodríguez, el Juez  de Primera Instancia del primer departamento de campaña Domingo Guzmán, el 27 de julio de 1822. Preocupado por el desorden y abandono en que vivían los pobladores, veía llegada la hora en que era necesario y deber del Estado organizar y administrar con justicia el nuevo territorio:  

Estas circunstancias, las sitúa muy distantes del influjo de la suprema autoridad; y más expuesta por lo mismo a los desórdenes, al paso que encierra en aquel territorio las estancias acaso más pingües, caza de nutrias, y otras producciones interesantes a la provincia, [que] creo hacen necesario el que se forme un partido separado de él, con nombramiento de Juez de Paz y Alcaldes de Cuartel para sostener el orden y administración de policía cuya medida es más urgente…(AGN, Jueces de 1ª).   
Entre 1820 y 1840 no faltaron las tensiones, sin embargo Monsalvo, alejado del peligro de los pampas, seguía recibiendo habitantes y familias que luchaban día a día por producir riqueza en estas tierras.

Sobre los finales de los cuarenta, un grupo de estancieros de esta región que se habían convertidos en los sectores económicos más dinámicos del país, hasta que el bloqueo de los puertos y el control económico y político que ejercía Rosas como gobernador, llevó a que esta oposición forme un movimiento que involucró a Monsalvo y a sus habitantes. Este movimiento encuentra en 1839 a Matías Ramos Mexía, hijo de Francisco, junto a su cuñado Francisco Bernabé y Madero y decenas de estancieros de Monsalvo y Dolores, y muchos gauchos de esta región encaminándose a Chascomús, para enfrentar el poder político y económico de Juan Manuel de Rosas, reiterando el enfrentamiento de unitarios y federales, la eterna polarización existente en nuestro país.

Estos hacendados, enrolados en la facción “Unitaria”, intentaron derrocar a Rosas y entronizar al Gral. Juan Lavalle con la complicidad y apoyo del almirante de la flota francesa que por entonces bloqueaba el puerto de Buenos Aires.  A último momento, el Gral. Lavalle cambia de planes, y los revolucionarios incomunicados marcharon solos y mal armados; de esta manera fueron derrotados en Chascomús el 7 de noviembre tras una sangrienta batalla. 

El Gobierno llegó a considerar que la traición no hubiera sucedido de existir mejor control administrativo y de policía, y concluyó que era “perjudicial al orden y servicio público, que en la inmensa extensión de territorio que hay desde el Salado hasta el Río Quequén, y exterior de las sierras del Tandil y Tapalqué, solo haya tres juzgados civiles”.  Por lo tanto el comandante del Regimiento Nº 5, Coronel Narciso del Valle propuso y le fue aceptado, que dicha extensión se dividiese en catorce  nuevas secciones; cada una bajo la autoridad de un juez de paz, seis alcaldes y doce tenientes. Monsalvo en particular se partió en cuatro reduciéndose sus límites a menos de un quinto de lo que fue; además, el decreto se prestó para sustituir el nombre Monsalvo por Tuyú; aunque la cláusula en cuestión no lo estableciera taxativamente; había quienes como el Juez Leloir, lo atribuían al intento de borrar de la memoria el pronunciamiento de los “Libres del Sur”. (Pedros: 2008).

Mapa 1: Monsalvo, 1832
Fuente: Pedros, 2008.

Llegamos al 19 de julio de 1865, día en que la legislatura de Buenos Aires vota la propuesta del Ejecutivo para dividir la campaña al exterior del Salado en veintisiete partidos; entre los de nueva creación figura Tuyú desprendido de Monsalvo. El decreto del 31 de agosto fijó los límites de ambos y al año siguiente, el 17 de enero, el Juez de Monsalvo recibe del Ministro de Gobierno una comunicación donde se le informa: 

 “Habiendo empezado a regir desde el primero de enero la nueva división de los Partidos al exterior del Río Salado (…), el Gobierno ha acordado y decreta: Artículo 1º — Por ahora y hasta nueva resolución, los siguientes Partidos de nueva creación, quedan adscriptos a los Partidos que antes pertenecían en su principal, a saber:  Castelli al de Tordillo, Tuyú al de Monsalvo, Balcarce al de Mar Chiquita, Necochea y Tres Arroyos al de Lobería, Rauch al de Pila, Lincoln al de Bragado“. 
A partir de este año el partido queda conformado tal cual como lo conocemos en la actualidad (con la salvedad que en 1892 se anexó una pequeña superficie del partido de Gral. Guido).

En este año era muy importante la actividad económica, tal como lo refleja un boletín “El Avisador” del año 1866, el cual registra en su estadística económica y comercial, los datos de ambos partidos - Monsalvo y Tuyú:

Los extranjeros en Monsalvo en 1866
Para 1866 la población que residía en el partido de Monsalvo, que incluía a Tuyú ascendía a 9577, de los cuales 8509 eran argentinos. Por otra parte ya se habían instalado en esta región 295 Italianos, 250 Alemanes,  149 Franceses, 107 Españoles,  77 Ingleses,, 137 de otros países, 53 pampas.
Por su parte, las construcciones de las viviendas arrojaba los siguientes datos: caserío de azotea 8; de teja 17; de paja 753.-
Comercios: 43 almacenes y pulperías.
Agricultura: 58 chacras de más de una cuadra cuadrada 58, id. de más de cinco id., id. 37; id. de más de id., id. 3.-
Ganadería: Estancia 154, ganado vacuno 258.000; caballar 41.029; mular y burros 112; lanar sajón 287.000; mestizo 70.000; criollo 459.000; cerdos 20.
Extensión: leguas cuadradas ocupadas por pastoreo 165.
Autoridades y fuerzas: Juez de Paz 1; Alcaldes 9; tenientes 36; partida de policía 12. 
Fuente: EL AVISADOR:1866, en Pedros, 2008.





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La Primera Escuela Púbica de Maipú, 1873.

La mayor dinámica poblacional generada en las primeras décadas del siglo XIX se registró claramente en el espacio rural, generando una demanda educacional por parte de estos habitantes que fue cubierta al menos de manera parcial, al constituirse la Escuela Nº 16, primera escuela pública de Maipú, en el campo San Agustín, en esos años propiedad de Acosta, ubicado en la Estación Monsalvo.

De ese año se son las planillas mensuales de estadística  remitidas por su preceptor, cuyos primeros maestros fueron José Lijó López y Dolores Castro de Lijó. En una de estas planillas se lee al final:
“Nota: La diferencia que se advierte en el aumento de asistencia sobre las del mes anterior, son debidas a que debido a las lluvias se van restableciendo los campos de la terrible seca que hemos experimentado cuatro meses. Los edificios en construcción no están aún terminados, razón por que no se notan entradas. Dichos edificios se destinan para asilo de huérfanos. Escuela Municipal “Peña” – Junio 30 de 1873. Firma: José Lijó López”[1].


Sobre los orígenes del “pueblo” de Maipú

Si bien no está agotada la búsqueda de datos que puedan dar luz sobre los orígenes del pueblo de Maipú, en este apartado me propongo remontarnos por  lo menos hasta dos décadas antes de 1878.

El año 1869 fue muy significativo para este territorio porque permitió tener un acabado conocimiento sobre los asentamientos humanos en estas tierras, al realizarse el primer censo de población. Nueve años antes de 1878, el partido Maipú contaba ya con 3.810 habitantes, prácticamente el 40% de la población actual. Este es un dato del cual poco se conoce y que tiene sin embargo una gran significancia para comenzar a comprender los tiempos previos a esta fecha. Casi 4.000 aventureros de aquellos tiempos se atrevieron a cruzar el salado cuando el panorama era muy incierto aún; luego que Rosas dejara de gobernar, muchos acuerdos firmados con las distintas tribus dejaron de cumplirse generando una situación de descontento que muchas veces terminaba en ataques a los fuertes más importantes de la zona como el de Azul y Tandil.

Sin embargo, y a pesar de este contexto, muchos se atrevían a avanzar hacia el sur e instalarse en los pagos de Monsalvo a desarrollar una vida ligada a la producción primaria, al desarrollo de un oficio o incluso en la incipiente actividad  comercial.

Para esta fecha eran 417 extranjeros los que habitaban este suelo, los que representaban el 11,5% del total; en su gran mayoría franceses y españoles (más del 56%); de la zona del país vasco, fueron llegando muchos de ellos alrededor de 1850. Esto se puede comprobar cuando se estudian familias de padres extranjeros cuyos hijos más grandes figuran como nacidos en su país de origen, mientras que los hijos de más de 15 años ya figuran como nacidos en el país[2].

Por poner solo un caso, tenemos el del vasco Fermín  Guruceaba (41) casado con Braquina A. (43), quienes tuvieron 5 hijos y todos nacidos en Argentina: Francisco (16), Josefa (14), Tomás (11), Fermin (6) y Miguel (4).  Las edades de los hijos deja claramente planteado que esta pareja estaba radicada en Argentina desde al menos 1853[3].

Además, ¿Cuántos saben que para este año Maipú contaba con dos médicos? Juan Rossi, uruguayo de 29 y soltero, y  Juana Barros, soltera  de 24 años, nacida en Santiago del Estero, quién además de médica era hacendada.

Muchas personas contaban con un oficio, como zapatero, carpintero, sastre, entro otros, oficios ligados más a una vida urbana que rural.

Declararon ser comerciantes 71 personas, de los cuales 54 eran extranjeros. En su gran mayoría españoles y franceses.

Estos datos, son solo una pequeña muestra que intenta poner en discusión la existencia de una dinámica socioterritorial del partido de Maipú desde al menos 1850.

Continuando con los antecedentes que encontramos al rastrear los orígenes del pueblo de Maipú, cuando comenzaron a construirse los primeros caseríos, en su mayoría levantados con paredes de barro y techo de paja, Pedros destaca que en mayo de 1870 se constituyó la primera comisión municipal, lo que permite establecer que ya para este año se consideraba necesario organizarse socialmente, para poder organizar el crecimiento que estaba teniendo el pueblo y dar respuesta a los conflictos y tensiones normales de toda comunidad ante las autoridades superiores.
“El 28 de mayo de 1870 se creó la primer Comisión Municipal en ejercicio, que nombrada el 31 de marzo anterior recayó en los señores: Francisco Beazley, Alejandro Peña, Enrique Tejerina, Antonio L. Vergara, Nicolás D. Herrera, Juan B. Hayet, Jacinto del Pozo y Agustín Molina. Beazley  y Herrera renunciaron a su nombramiento, aceptándose sus excusaciones; la presidencia natural de la comisión siguió recayendo en el Juez de Paz, que en esa oportunidad desempeñaba Don José María Peña”[4].
El Juez de Paz de Monsalvo en este año era el comerciante de 32 años, José María Peña. Del resto de los integrantes, dos eran argentinos: Agustín Molina (52), casado, comerciante e instruido y Enrique Tejerina (27). Por su parte el joven Juan Hayet (28), oriundo de Francia, era de profesión cocinero, y no sabía leer ni escribir, pero seguro que su participación en esta primera comisión obedece a que representaba la colectividad más importante en Monsalvo en estos años[5]

Uno de estos primeros antecedentes es la nota enviada por los vecinos del pueblo, en año 1873, al Gobernador de la Provincia manifestándole que ante el crecimiento del pueblo consideran necesario que las autoridades del partido de Monsalvo tengan asiento en esta localidad, y de esta manera poder atender todas las demandas que como era lógico surgían cada día como consecuencias de todo proceso de crecimiento demográfico, que venía acompañado de aumento de la población, muchos de ellos inmigrantes, nuevas construcciones, nuevos comercios, entre otros.

Esta nota fue firmada por un grupo de 97 vecinos del pueblo de Maipú, y escrita por Liberato Álvarez, que cumplía las funciones de secretario del Juez de paz, quien en ese entonces esta función la tenía Matías Ramos Mexía.

Maipú, Partido de Monsalvo, Julio 9 de 1873.
Su excelencia el Sr. Gobernador de la Provincia Dn. Carlos Casares. Exmo. Señor
Los vecinos que suscriben ante V.E. respetuosamente se presentan y exponen: Que se ha formado en este partido un pueblo que ha tomado en este último año, un incremento mucho mayor que el que era de esperarse de tan corto tiempo, circunstancias que demuestran la necesidad que se sienta aquí desde mucho más  há, de un centro de población que la aglomeración de población en este pueblo ha hecho, nació  la necesidad de que se establezcan en él las autoridades del Partido tanto por las conveniencias inmediatas del mismo pueblo, cuando porqué de la residencia de las autoridades en él, pende en gran parte su prosperidad y el adelanto material de todo el Partido.
Por estas razones, y otras que omitimos, porque no escaparán a la penetración de VE, se digne prestarle su protección, declarándolo cabeza de partido  y asiento de sus autoridades.
        Fuente: Gramigna, 1878:51.

Año y medio más tarde, el 5 de febrero de 1875, Francisco Madero eleva una nota al gobierno, destacando que la fundación de un pueblo es de suma importancia, ya que existe una población privada de los recursos sociales más elementales”. Además escribe…”que interesado en la prosperidad del Partido de Monsalvo… “he pensado en la creación de un pueblo en este partido” (Gramigna, 1978:231), y para ello dona un terreno: la respuesta no se hace tardar al aprobar la traza del nuevo pueblo el 1° de abril de ese mismo año.

Queda claro que la intencionalidad de Madero al utilizar el término “creación” es hacerle saber al Gobernador la necesidad imperiosa de tomar una decisión que implica la fundación de un “nuevo” pueblo, ocultando en esta nota que el pueblo ya llevaba varios años conformándose. Esto le permite a Madero tomar el centro de la escena dentro de la comunidad local, y no perder el protagonismo que tanto le interesaba ocupar para mantener sus negocios inmobiliarios en esta zona.

En los años siguientes los vecinos siguieron insistiendo en la necesidad de trasladar la sede de las autoridades al pueblo de Maipú, y ante esta situación nuevamente Madero retoma la iniciativa ya que “enterado de que algunos vecinos habían entrevistado al Gobernador exponiéndole la necesidad imperiosa de declarar a Maipu cabeza de Partido, le escribe ofreciéndole la donación y escrituración de varios terrenos para conformar el ejido del pueblo”  (Gramigna, 1878: 52).

En esta oportunidad la respuesta no se hace esperar, y el 26 de septiembre de 1878 se sanciona el Decreto que establece a Maipú como cabecera del partido y asiento de las autoridades, además del cambio de nombre del partido, pasando a llamarse Maipú en lugar de Monsalvo.

Resulta llamativo la rapidez de la firma del decreto el 26 de septiembre, cuando la nota enviada por Madero fue el 20 de ese mes, considerando los tiempos de traslado de la correspondencia en aquellos tiempos. Esto permite suponer que la decisión ya estaba tomada de antemano, y que ésta no se efectivizó hasta que Madero pudiera obtener todo el rédito al ser considerado el motor de este logro conseguido para el porvenir del pueblo.

Otro dato que refleja que el pueblo ya llevaba varios años constituido, lo aporta la fecha en la cual la Iglesia local comenzó a registrar los bautismos, casamientos y defunciones. Esta tarea comenzó a cumplirla en el mes de mayo de 1878: esto significa que mucho antes de la fecha estudiada ya había un asentamiento más o menos consolidado, y que sin duda alguna la llegada del FFCC, y no la declaración de la localidad de Maipú como cabecera del partido, fue lo que le dio el impuso que estaba necesitando para su desarrollo.


Queda absolutamente claro que el 26 de septiembre se firma un decreto, trámite meramente administrativo, y que lo más significativo de este decreto es el cambio de nombre del partido, el cual pasa a denominarse Maipú, en lugar de Monsalvo.

La declaración como fecha de conmemoración del 26 de septiembre de 1878, e incluso la de fundación del pueblo de 1/4/1875 genera un inconveniente en la enseñanza de la historia local tanto en el nivel primario como secundario, dejando una sensación que antes de esta fecha este territorio era un páramo, y que la urbanidad  comenzó a mediados de la década del setenta del siglo XIX. 

Indudablemente, en este caso particular, la fecha establecida para conmemorar el aniversario, tiene más que ver con necesidad de reconocer la figura de una persona muy influyente y no solo a escala local sino también nacional, ya que llegó a ser vicepresidente del país, soico fundador de la Sociedad Rural, presidente del Ferrocarril del Sud, y propietario de una enorme cantidad de hectáreas. Está claro que la donación de las tierras para que allí se  asienten algunos de los edificios públicos está lejos de ser una acción altruista, y claramente fue una acción inmobiliaria con enormes negocios detrás[6]

A pesar del cambio de nombre, vale aclarar que varios años se demoró en que este partido sea denominado Maipú, tal como como reflejan algunos mapas de la década de 1880 en donde todavía aparecía la vieja denominación de Monsalvo, lo mismo que en el Primer Censo Provincial de población del año 1881 donde aún aparecía la antigua denominación.


El 26 de septiembre y la enseñanza de la historia local


En los vigentes diseños curriculares de la escuela primaria “se promueve la enseñanza de la historia local a partir de la presentación de materiales que permitan reflexionar sobre los sentidos de acontecimientos significativos, en situaciones de enseñanza que posibiliten conocer las razones por las que ciertos acontecimientos resultan importantes para una comunidad” (DGCyE, 2008: 243).

Como se planteó líneas arriba, la mayoría de las fechas establecidas son arbitrarias y responden a trámites meramente administrativos; y cuando estas están alejadas en el tiempo de algunos hechos destacados que se sucedieron con anterioridad, se corre el serio riesgo de “invisibilizar” esta parte de la historia, ya sea con la intencionalidad de omitirla, por desconocimiento o por otros intereses.

Esto es lo que ha sucedido en Maipú al establecerse al 26 de septiembre de 1878 como fecha conmemorativa, desconociéndose dentro de la enseñanza escolar los destacados hechos acontecidos desde la segunda década del siglo XIX hasta la fecha establecida, no siendo abordados porque literalmente la historia local comienza precisamente en 1878.

Antes de este año, Maipú, en ese entonces denominado Monsalvo, tuvo una dinámica socioeconómica de mucha intensidad, donde verdaderamente este espacio se comenzó a configurar prácticamente con la misma independencia de la Patria, y que se fue intensificando a medida que nos acercamos hacia 1850.

Resulta muy llamativo lo sucedido en Maipú: mientras que algunos partidos (también países) intentan remontarse lo más atrás posible en el tiempo para establecer sus orígenes, en este caso esto no ha pasado. Muchos estudios han comprobado como este territorio es la cuna de hechos destacados para la historia ya no solo regional sino nacional. Sin embargo, esta parte de la historia importante y trascendental para este espacio solo es conocida por los académicos y algunos pocos historiadores locales. En este punto resulta importante preguntarnos ¿desde qué fecha se ha establecido esta fecha conmemorativa?. ¿Cuáles fueron los motivos en determinar esta fecha?. En el siguiente apartado intentamos dar respuestas a estas preguntas.



¿Desde cuándo Maipú adopta el 26 de septiembre como fecha de celebración?.


Maipú estableció esta fecha hace poco más de medio siglo. Concretamente en la Ordenanza N° 11 del 25 de Julio de 1960, se presenta el Proyecto de Ordenanza del Poder Ejecutivo para fijar el día 26 de Septiembre como fecha conmemorativa de la designación de Maipú como pueblo cabecera del Distrito del mismo nombre.

En este año el Intendente de Maipú era el Sr. Juan José Elizondo, y uno de los concejales era el Sr. Barbieri, quien es el único que presenta disconformidad con la fecha elevada por considerar que no era la fecha verdadera de la fundación de Maipú, alegando que “es evidente que el Pueblo de Maipú existía antes del 26 de septiembre de 1878, lo demuestra así el hecho de que con anterioridad existían aquí una Iglesia, escuela, etc.”. El concejal Barbieri fundamentaba su postura sosteniendo que el pueblo ya estaba fundado con anterioridad, y proponía en cambio al 1° de Abril de 1875 como fecha de fundación, que fue cuando el Gobernador Provisorio, Álvaro Barros, suscribió un decreto por el cual aprobó la creación del Pueblo de Maipú, respondiendo a solicitudes de Francisco B. Madero.

Más allá de la propuesta de Barbieri de considerar el 1° de Abril de 1875 como fecha de fundación, lo más destacado era que proponía ampliar las investigaciones “recurriendo a viejos archivos, aunque sea locales, como podría ser la Iglesia, escuela, etc. en busca de antecedentes que determinen a ciencia cierta o muy aproximada, la fecha de fundación de Maipú y no dictar esta ordenanza que según la cual se recordará la fecha de la designación de Maipú como cabecera de Partido y realmente debería ser la otra, la de la verdadera fundación”.

Las sugerencias de Barbieri no fueron consideradas y finalmente fue sancionada la Ordenanza 11, que en su Artículo 1 establece lo siguiente:

Artículo 1°: Fíjese el 26 de septiembre como fecha anual conmemorativa de la designación de Maipú como pueblo cabecera del Distrito del mismo nombre. Los restantes artículos como vienen en el proyecto original.
Lo paradójico es que se le asigna mayor peso histórico  a la designación de la localidad de Maipú como cabecera de Partido, por sobre la modificación del nombre del partido.


Desde  1960, todos los maipuenses celebran cada 26 de septiembre un “nuevo aniversario” de la declaración de Maipú como cabecera de Partido. No hace referencia a la fundación del pueblo o del partido de Maipú.

Pero además, ese mismo año, y atendiendo las observaciones formuladas por el concejal Barbieri al momento de sancionarse la Ordenanza N° 11, donde sostiene que podría considerarse al 1º de abril de 1875 como fecha conmemorativa ya que es un antecedente previo al considerado en ese momento, donde el gobierno de la Provincia de Buenos Aires a través de un decreto acepta la propuesta de Francisco Madero y aprueba la traza proyectada, así como la donación de los solares para edificios públicos; instituye, además, como nombre el de Maipú, pero sin embargo no considera declarar a este poblado con el carácter de cabeza de distrito. Sobre este fundamento histórico, el Honorable Concejo Deliberante, en sesión Ordinaria celebrada el 24 de Octubre, sanciona la Ordenanza N° 22, cuyo primer artículo dice:

Artículo 1°: “Fijase el 1° de abril de 1875 fecha de fundación del Pueblo de Maipú”
Con este sencillo acto administrativo, se impone el punto de inicio a la historia del pueblo que actualmente es cabecera de partido, cerrando de alguna manera la discusión sobre los orígenes reales del pueblo de Maipú. La propuesta de profundizar las investigaciones para poder establecer el origen del pueblo parece que no se concretaron ya que entre la ordenanzas N° 11 y N° 22 solo pasaron dos meses, tiempo escaso para poder llevar una investigación seria sobre este tema, tan caro a la historia local[7] 


Cierre y discusión

A lo largo de este investigación se intenta poner en discusión la fecha adoptada en 1960 para conmemorar el aniversario de Maipú, y fundamentalmente como ésta determinación ha impactado de manera totalmente involuntaria en la construcción de la historia local, invisibilizando una parte importante de esta, concretamente lo acaecido antes de la década del setenta del siglo XIX.

¿Es posible establecer la fecha de un lugar?

¿Se puede pensar en la edad de un lugar? Es frecuente leer que una ciudad fue fundada en tal o cual año, y a partir de allí esa fecha es la de su nacimiento jurídico y de allí en adelante su fecha cívica de aniversario.
¿Sería posible hablar de la edad de un lugar siguiendo otro criterio? Por ejemplo, ¿Sería posible un criterio propiamente geográfico?
“La materialidad artificial puede ser fechada, exactamente, por intermedio de las técnicas: técnicas de producción, de transporte, de la comunicación del dinero, del control, de la política y también técnicas de la sociabilidad y la subjetvidad. Las técnicas son un fenómeno histórico. Por ello es posible identificar el momento de su origen... Hay una edad  propiamente histórica, la fecha en que, en la historia concreta esa técnica e incorpora a la vida de una sociedad…
“El lugar atribuye a las técnicas el principio de realidad histórica, pues relativiza su uso, las integra en un conjunto de vida, las separa de su abstracción empírica y les atribuye efectividad histórica. Y, en un determinado lugar no hay técnicas aisladas, de tal modo que el efecto de edad de una de ellas está siempre condicionado por el de las otras. En un determinado lugar existe la actuación simultánea de varias técnicas, por ejemplo, técnicas agrícolas, industriales, de transporte, comercio o marketing, técnicas que son diferentes según los productos cualitativamente diferentes para un mismo producto, según las respectivas formas de producción”. (Santos, 2000: 50).
En Monsalvo a inicios del siglo XIX distintas técnicas fueron apareciendo gradualmente: técnicas de transporte, de ocupación y uso del territorio en actividades agrícolas y/o ganaderas, de comercio, de construcciones, y aunque parezca extraño, también de marketing, ya que fue necesario en aquellos años llevar adelante acciones para atraer a los extranjeros, a que se decidan cruzar el salado, internarse y asentarse  en zonas escasamente pobladas y con la existencia de riesgos para la supervivencia.

Para finalizar, queda claro que la determinación del “26 de septiembre de 1878” como fecha conmemorativa para todos los maipuenses responde claramente a una intencionalidad política de resaltar la figura de Madero como fundador del pueblo, objetivo claramente logrado con un sistema educativo que ha contribuido decididamente en esta dirección, y retomando las palabras de Taylor, con esta decisión tomada en 1960  se intenta resaltar una figura, la de Francisco B. Madero, e instaurar una “edad de oro”, que será recordada cada año y realzada por toda la comunidad, dando prioridad a la figura de este hacendado y empresario, por sobre otras personas y tiempos históricos. 

Con este determinación le han otorgado un rol fundamental en la historia local a Madero, el cual toma gran distancia del resto de los mortales. Por este motivo es presentado con cuidado, resaltando sus virtudes con tanto entusiasmo como sus logros personales alcanzados; nunca le encontraron ningún defecto o acción malintencionada, como así tampoco sus ambiciones personales y familiares ni los intereses de la clase política que dirigía en esos años.

Frente a este escenario, la escuela se constituye en el escenario privilegiado para construir la historia local, donde se intenta difundir un relato histórico, haciendo uso de la idea europea de celebrar las efemérides y acontecimientos oficiales y de construir estatuas y monumentos dedicados, imposición de nombres de calles, edificios, paseos, plazas, etc.

Esta es una efeméride considerada “periférica”, que por lo general no es abordada con fuerza dentro de las escuelas. Sólo se hacen algunas menciones los días previos sobre “el fundador”, sobre sus principales logros personales y su decisión de donar algunos lotes destinados a algunas instituciones localizadas en el centro cívico y plazas de la ciudad.

Sin embargo, es más celebrado fuera del ámbito de la escuela al ser declarado feriado, día que comienza con la ofrenda floral al busto de Madero en la Plaza San Martín y por la tarde todos los establecimientos educativos e instituciones intermedias desfilan por la calle Madero mostrando lo mejor de sí.

Retomando a las funciones de la escuela, ésta no debería presentarlo como un ser perfecto, sino en su dimensión humana, incluyendo sus interese personales, preocupaciones, costumbres, ambiciones; es necesario “romper el bronce o el mármol y bajarlo del pedestal para instalar una mirada más humana y acercar a los alumnos a nuestra realidad”(Caldarola, 2008, 48).  Es decir, se deben atender todas las dimensiones de la persona y no únicamente sus actos ya conocidos. Esto no significa exaltar sus defectos, ni mucho menos desacreditarlo, sino mostrarlo en todas sus dimensiones: personal, política, profesional.

Puede afirmarse que desde 1960 a la fecha se ha construido un “mito local ciego”. La creencia que Maipú fue fundado el 26 de septiembre de 1878 es un mito, una deformación de la historia local que opera en la actualidad en las instituciones educativas, lugares privilegiados para la reproducción de esta historia.

Sin dudas, todavía hay un largo camino por recorrer en búsqueda de la construcción de la historia de Maipú, para lograr acercarnos más a esa “fecha” que tenga que más que ver con los orígenes de uno de los pueblos con mayor historia dentro de la región del sudeste bonaerense.

Esto nos pone frente a un enorme desafío: que en las escuelas del distrito esta historia “invisibilizada” sea enseñada y se comience a trabajar en las aulas rescatando aquellas personas que fueron muy importantes y destacadas en otras épocas y que contribuyeron de manera decidida a construir este territorio y esta identidad maipuense.



Anexo 1

Ordenanza N° 11: Declaración del 26 de septiembre como fecha anual conmemorativa de la designación de Maipú como pueblo cabecera del Partido.


ORDENANZA N° 11.
Por secretaría se da lectura al dictamen de la Comisión de Poderes y Reglamentos, relacionado en el Proyecto de Ordenanza del P. Ejecutivo, fijando el día 26 de Septiembre como fecha conmemorativa de la designación de Maipú como pueblo cabecera del Distrito del mismo nombre. El mencionado dictamen con la firma de los señores concejales Gigena y Filleaudeau, dice así: El Proyecto de Ordenanza que acompaña el expediente N° 2200 -3100 del 55 sometido a la consideración de esta Comisión de Poderes y Reglamentos, tiende a dar fecha definitiva al día 26 de septiembre de 1878 como día de fundación de Maipú, como cabecera del Partido del mismo nombre, como lo aconsejó en su oportunidad el Director Honorario del Museo Histórico Dr. Ricardo Levenne. Estudiadas las actuaciones, que involucran el citado expediente, y el Proyecto presentado, la mayoría  de vuestra Comisión de Poderes y Reglamentos, aconseja al H. Cuerpo, la sanción de la siguiente Ordenanza:
Artículo 1°: Fíjese el 26 de septiembre como fecha anual conmemorativa de la designación de Maipú como pueblo cabecera del Distrito del mismo nombre. Los restantes artículos como vienen en el Proyecto original.
Puesto a consideración por la Presidencia, pide la palabra el señor concejal Barbieri, quien manifiesta: yo personalmente señor presidente sin estar en contra del dictamen de la Comisión, considero que debería dictarse una ordenanza con la fecha verdadera de la fundación de Maipú, y no en este caso que se conmemorará la designación como cabecera de partido; es evidente que el Pueblo de Maipú existía antes del 26 de septiembre de
1878, lo demuestra así el hecho de que con anterioridad existían aquí una Iglesia, escuela, etc., y con fecha 1° de Abril de 1875, el Gobernador Provisorio, Álvaro Barros, suscribió un decreto por el cual aprobó la creación del Pueblo de Maipú, respondiendo a solicitudes de Francisco B. Madero. Por eso Sr. Presidente, hago hincapié en la designación de la fecha del 26 de septiembre, ya que considero que sería mucho más importante, si fuera posible determinarla con un mayor estudio, recurriendo a viejos archivos, aunque sea locales, como podría ser la Iglesia, escuela, etc. en busca de antecedentes que determinen a ciencia cierta o muy aproximada, la fecha de fundación de Maipú y no dictar esta ordenanza que según la cual se recordará la fecha de la designación de Maipú como cabecera de Partido y realmente debería ser la otra, la de la verdadera fundación.
Seguidamente exponiendo el criterio de la Comisión de Poderes y Reglamentos, los señores concejales Filleaudeau y Gigena, solicitan se de lectura por secretaría la informe de la secretaría técnica, aprobada por el Director Honorario D. Ricardo Levene. Así se hace y dice el informe a fojas cinco vuelta: “El cambio de nombre de Monsalvo por Maipú fue resuelto en 1878. En efecto el 26 de septiembre de ese año dictase una resolución en la cual respondiendo a gestiones del vecindario se declaró cabecera del Partido de Monsalvo a un pueblo que acababa de fundarse en el mismo con el nombre de Maipú, y se asignó también al Partido este nombre, teniendo en cuenta que recuerda glorias del pueblo Argentino. (Esta resolución se conserva, original en este Archivo Histórico: C 13, 17.3, L, 7, N° 93 A, en el registro Oficial de la Provincia, año 1878, edición oficial de 1917 p. 478. fue erróneamente, publicada con fecha 26 de Agosto de 1878). Conforme a este antecedente corresponde modificar el Decreto Ordenanza que  puede leerse a foja 2. El Partido de Maipú fue creado el 24 de Agosto de 1878, desmembrándolo del de Monsalvo, como allí se expresa, pues existía mucho antes precisamente con el nombre de Monsalvo, ni hay ley alguna de esa fecha al respecto, o con motivo semejante.
En 1878, la resolución de importancia en la Historia de Maipú es la que acabo de recordar, del 26 de septiembre. A fojas 6, segundo párrafo, del mismo expediente N°2200-3100 /55 dice el informe: “En cambio la fecha 26 de septiembre de 1878 reviste gran significación en el historial local pues en la misma se asignó al Distrito por cabecera un pueblo recientemente fundado con el nombre de Maipú, y se le dio esta misma denominación en recuerdo de Glorias Argentinas. Al instalarse definitivamente las autoridades en el nuevo centro urbano, se abrió una era de progreso para el Partido”.
Luego de un breve cambio de opiniones entre los señores concejales, Barbieri reitera su punto de vista de que no está en contra de la Ordenanza que se va a aprobar ni que disiente en cuanto a la fecha de designación. Se resuelve aprobar al dictamen por unanimidad, sancionando el H. Consejo Deliberante, con suficiente fuerza legal  la siguiente Ordenanza N° 11:
Artículo 1°: Fíjese el 26 de septiembre como fecha anual conmemorativa de la designación de Maipú como pueblo cabecera del Partido del  mismo nombre.
Artículo 2°: Deróguese toda ordenanza o Decreto Ordenanza que se oponga a la presente.
Artículo 3°: Comuníquese al P. Ejecutivo para su conocimiento y demás efectos.


Bibliografía
Annessi, Gustavo J. et al. (2015). Buscando nuestros orígenes. Estudio de Monsalvo en el Primer Censo de Población de 1869. CESMa, Maipú.
Biaggini, Martín y Tavorro, Oscar (2008). Ciudad Madero. Desde la colonia hasta 1950. Colección La Matanza, mi lugar N° 2.
Caldarola, Gabriel (2008). Los héroes de la Patria en el aula. Un enfoque renovado para las escuelas del Siglo XXI. Editorial SB, Buenos Aires.
Dirección General de Cultura y Educación (2008). Diseño Curricular de Educación Primaria, 2° Ciclo, Ciencias Sociales. La Plata.
Pedrós, Antonio A. (2011). Los Madero y el origen del pueblo de Maipú. Ponencia presentada en el Decimotercer Congreso de Historia de los Pueblos de la Provincia de Buenos Aires CHIVILCOY – 14 y 15 de abril de 2011. Versión Digital en Biblioteca Digital El Amigo. http://ladobled.com.ar/biblioteca/index.htm
Pedrós, Antonio A. (2008). Origen del Partido de Maipú. Versión Digital en Biblioteca Digital El Amigo.  http://ladobled.com.ar/biblioteca/index.htm
Pedrós, Antonio A. (2005). 1822 - 1º de Agosto de 2005 183º: Aniversario de la creación del Partido de Maipú.Versión Digital en Biblioteca Digital El Amigo. http://ladobled.com.ar/biblioteca/index.htm
Barbieri, Juan José (1978). Maipú. Por tus primeros cien años. Mar del Plata, 1978.
Gramignia, Yver E. (1978). Por los Pagos de Monsalvo. Síntesis histórica del Partido de Maipú en Homenaje a su Centenario. Buenos Aires, Dirección de Impresiones del Estado y Boletín Oficial.
Gramignia, Yver E. (1987). Por los Pagos de Monsalvo. Síntesis histórica del Partido de Maipú. Segunda Parte. Buenos Aires, Ministerio de Gobierno.
Santos, Milton (2000). La Naturaleza Del Espacio: Técnica y Tiempo: Razón y Emoción. Ariel, Barcelona.
Taylor, Peter (1994). Geografía Política Economía-mundo, Estado Nación y localidad. Trama Editorial. Madrid, 1994.



[1] El resaltado es propio
[2] Sobre este tema ver Annessi, Gustavo et al.(2015).   
[3] Ídem.
[4] Pedros, 2011.
[5] Annessi, G. et al. 2015. 
[6] De acuerdo a la investigación de  Biaggini y Tavorro (2008) Madero no solo hizo muy buenos negocios alrededor de las tierras donadas para el pueblo de Maipú, sino también en  lo que hoy se conoce como “Ciudad Madero” en el partido de  La Matanza, donde habría sugerido la ubicación para esta ciudad, y de esta manera beneficiarse con este negocio inmobiliario. Para torcer a su favor esta decisión y aprovechar sus negocios familiares habría utilizado sus reconocidas influencias policías.

[7] No se ha podido encontrar en los libros del HCD la ordenanza N° 22, por lo tanto no se ha podido acceder a los fundamentos de la misma.